
En esos momentos efímeros de la vida, el instante previo a cuando oscilas el índice (mientras sigues con la mano al volante) para decirle que no instintivamente al que te quiere limpiar los vidrios, cuando mueves el cepillo de dientes y te ves las canas en el espejo, o en esa espera interminable que terminas intencionalmente antes de que suenen todos los bips del horno microondas; nuestras mentes cobran vida. Una maraña de historias y conjeturas sobre los misterios de la vida se mezclan con gruñidos de los más mundanos. Bienvenidos a este retiro digital; un lugar donde los pensamientos pasajeros encuentran permanencia.
En este blog espero interpretar una sinfonía de lo ordinario y extraordinario, puedes esperar cosas como:
Quejas sobre el tránsito: Vamos, a caso no habéis maldecido al que espera que la luz verde se haga más verde para avanzar, o deambulado por la sincronicidad del caos?
Crónicas urbanas: Encuentros casuales, aceras incaminables, acontecimientos que van dejando su sombra como boceto sobre las fachadas de los muros de la ciudad.
Esnobismos literarios: Encabezados y tramas dignos de una novela o simples notas al margen.
Melodías inéditas: Notas que se quedan colgando en el espacio, en espera del toque de un compositor.
Pero la esencia de este blog no es solo escribir, espero que podamos sanar también. Que se convierta en nuestro refugio, nuestro diario digital donde podamos dejar nuestros corazones, explorar la creatividad y talvez encontrar algún tipo de consuelo.
Estimado lector, empecemos este viaje juntos. Celebremos la cacofonía de nuestros pensamientos, la belleza de lo mundano y sobre todo la magia de la expresión.
Bienvenidos a soliloqUIO.
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