
Estimado lector, (¿estás ahí? ¡Se supone que no deberías!), la siguiente entrada de este blog es acerca de mí, el autor.
La piel, el órgano más grande del ser humano, con sus múltiples capas, escudo protector del calor, la luz y las infecciones; tengo varias pieles colgadas en mi placard (me falta el misil), algunas me quedan mejor que otras y a veces me pongo unas holgadas o apretadas.
La piel del deber, la que uso casi todos los días es la de arquitecto; con manos prestadas le he dado forma al acero, al vidrio, la madera y la piedra en estructuras que atestiguan el proceso de edición y censura de las buenas ideas a causa de los caprichos y las billeteras que las habitan. Podría escribir una colección en 12 partes de lo intrincado y revelador de la relación cliente arquitecto, pero esa no es la intención, al menos no por aquí.
Hay otra que no se si me queda bien, pero me encanta la piel de compositor clandestino y rebelde con baja credibilidad para el rock. Para escribirlo lo usual es haber estado en la cárcel, bajo el efecto de Jack o María, haber pasado hambre o al menos conducir algún deportivo de 8 cilindros; pero no tengo ninguna de esas credenciales, ¿de qué puedo hablar en mis composiciones entonces?, espero pasar por aquí cada vez que la musa del rock del Parmigiano Reggiano y el jamón de pata blanca me inspire para compartir la prosa sin verso ilegítima de este pseudo compositor.
La de escritor me la puse en pandemia, nada original; me queda grande y usarla requiere una predisposición muy escasa. El tiempo transcurrido entre la introducción y esta entrega son una muestra de esa dificultad. ¿De dónde viene? Pues en primer lugar escribir es supuestamente una práctica sanadora, esa es una de las razones de escribir este blog, tendencia moderna del mindfulness y el autoconocimiento conocida como journaling, práctica recomendada en esta era dorada de la psicología. Por otro lado, hay una intrigante trama que se enreda y se retuerce en mi cabeza tratando de salir y cuando lo hago seguro va a molestar a más de uno en la familia. Espero que se convierta en una novela y que con un poco de suerte tenga más trascendencia que este blog.
Estos son algunos detalles de mi fugaz existencia en este mundo deteriorado, hay muchas pieles más que decido ponerme de vez en cuando. ¿Cuáles usas tu?
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